Que curiosa la forma en la que hasta nuestros propios pensamientos, sentimientos o emociones vienen y se van.
Pensemos en esas personas que decides que nunca saldrán de tu vida... pues bien, quieras o no saldrán, ya sea por una causa biológica o simplemente por circunstancias de la vida.
Me aterra el sentido de la fugacidad de las cosas, de los hechos, de los pensamientos... la manera en la que entran, marcan tu recorrido y al igual que han entrado se van.
Con esta reflexión no debemos actuar tampoco pensando en la fugacidad de las cosas, solo hemos de saber aprovecharlas y disfrutarlas en el momento oportuno, no vale vivir de recuerdos, ni tampoco de aspectos futuros, solo debemos aprender a ser pacientes y aprovechar al máximo el presente, teniendo en cuenta que pronto este se desvanecerá.
Este presente puede ser un presente prolongado, como la vida, ésta no sabemos cuando va a desaparecer, cuando hará efectiva su fugacidad por ello debemos aprovechar cada día, cada momento, cada instante.
Mucha gente no ve la fugacidad de las cosas hasta que la sienten, otros no lo ven hasta que llega el momento de la cuenta atrás e intentan aprovechar todo lo no aprovechado hasta ese momento.
Pues bien, ¿para qué apresurarse así como dejar todo para el final pudiendo sentirlo y disfrutarlo poco a poco y por completo?
Debemos saber que lo espacio-temporal es fugaz y que todo termina porque todo lo que empieza termina.
Alguien dijo "Solamente lo que ES y siempre fue y nunca nació es lo que no se va."
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